La última tendencia es tener la cocina abierta al salón, ya que ganas espacio y además de otras muchas ventajas que tenemos para contarte.
Durante muchas décadas lo habitual y normal era que en la casa la cocina fuese independiente respecto al resto de estancias y estuviese cerrada. Sin embargo, con el paso de los años la tendencia y la moda variaron y se produjo un cambio en el que ganaron importancia las cocinas abiertas (también llamadas americanas) y que formasen parte, por ejemplo, del salón o comedor.
La última tendencia es tener la cocina abierta al salón, ya que ganas espacio y además de otras muchas ventajas que tenemos para contarte.
Durante muchas décadas lo habitual y normal era que en la casa la cocina fuese independiente respecto al resto de estancias y estuviese cerrada. Sin embargo, con el paso de los años la tendencia y la moda variaron y se produjo un cambio en el que ganaron importancia las cocinas abiertas (también llamadas americanas) y que formasen parte, por ejemplo, del salón o comedor.
En una cuestión matemática y visual si sumas los metros cuadrados del salón y la cocina, esta parecerá mucho más grande. Otra ventaja es que en ningún momento se sabrá cuál es el límite de ambos cuartos al no existir paredes que delimiten cada estancia. La cocina ya no parecerá una cocina como tal. Además, es corriente observar como una cocina que comparte espacio con el salón tiende a ser más luminosa, todo ello distribuyendo correctamente la luz para que llegue de forma natural desde el salón a la cocina.
Tendrás todo más a mano y la accesibilidad y el movimiento será más fluido. También puedes conseguir una ventaja para las tareas del hogar o domésticas al encontrarse todo en un mismo espacio. Por último, hay que resaltar que en una casa con niños pequeños podrás tenerlos más a la vista en caso de que estén jugando y así tener más control de lo que sucede a tu alrededor.
Es una opción que potencia las relaciones familiares a diario o muy interesante cuando van amigos a comer o cenar a casa. A la vez que se cocina, se prepara la comida o la bebida se puede estar charlando con el resto de personas y la velada resulta más atractiva, amena y divertida.
Una ventaja muy práctica si tienes una casa pequeña es instalar una cocina abierta o americana. En un hogar con metros cuadrados limitados se aprovecha mejor el espacio y se gana en dinamismo y funcionalidad. Una cocina y un salón comedor es una combinación muy elegida en las últimas tendencias como síntoma de modernidad e innovación.
Es una de las claras desventajas si posees una cocina abierta y eres una persona que no soporta ver las cosas desordenadas y fuera de sitio. Todo queda a la vista desde el salón y la imagen de desorganización y desbarajuste puede ser nítida con utensilios por recoger o accesorios en lugares que no se corresponden. Todo ello se puede ver acrecentado cuando hay visitas o tienes una comida o cena con amigos que observan el caos en tu cocina.
Si la cocina está unida a otras estancias de la casa se podría complicar la faceta de cocinar. Ya no se cocina con tanta tranquilidad, puede haber más gente que te distraiga, te moleste o te interrumpa y es un claro perjuicio a la hora de estar concentrado y metido en faena.
Si decides cambiar una cocina cerrada por una abierta o iniciar una obra a la hora de llegar a tu nueva casa debes saber que es una tarea que requiere tiempo y puede conllevar sorpresas. Esas sorpresas en ocasiones son de carácter negativo y pueden afectar significativamente a tu presupuesto. Por ejemplo, al tirar una pared o un tabique puedes encontrarte alguna instalación importante o un desnivel de pavimento y suelo inesperado que hará que tu presupuesto sobrepase al estimado.
Es la estructura tradicional de cualquier casa y la privacidad es un plus. Nadie podrá ver lo que estás haciendo desde el salón, lo que falta por hacer o algo que incomoda a mucha gente, lo que aún se tiene que recoger o limpiar. Puedes cerrar la puerta y tema cerrado.
Además, también esta parte es vital a la hora de aislar olores y ruidos. Al salón no llegará el vapor o el humo a la hora de cocinar o incluso la grasa que se puede acoplar a otros rincones al evaporarse. En la faceta acústica se evita el ruido de los diferentes electrodomésticos situados en la cocina.
En una cocina cerrada el presupuesto de tu bolsillo lo notará positivamente. Al no estar junto al salón evitarás por ejemplo mantener la estética y tener que integrar los electrodomésticos. Además, no será necesario tener una armonía decorativa entre las dos estancias. De este modo puedes organizar y distribuir a tu gusto por un lado la cocina y por otro el salón sin preocuparte de que todo tenga que combinar entre si y tenga un aspecto parecido.
La luz natural puede resultar un grave problema sobre todo si la cocina se encuentra en el interior de la vivienda y lejos de un balcón, terraza o ventana. En ese caso se tendrá que recurrir habitualmente y prácticamente durante todo el día a la luz artificial con el gasto que también conlleva. La luz natural además da un aspecto y un color diferente a la cocina y la hace más cálida y habitable.
En una cocina independiente pequeña eliminas la opción de aumentar el espacio visualmente ya que no se puede sacar más jugo del presente. Otro factor en contra es que en pisos muy pequeños la cocina puede resultar claustrofóbica y te agobia a la hora de moverte o incluso desayunar allí. Además, ese menor terreno para colocar o instalar nuevos elementos impide por ejemplo poder poner una isla de cocina, algo tan de moda en la actualidad, o situar una península de dimensiones importantes.
Si decides cambiar una cocina cerrada por una abierta o iniciar una obra a la hora de llegar a tu nueva casa debes saber que es una tarea que requiere tiempo y puede conllevar sorpresas. Esas sorpresas en ocasiones son de carácter negativo y pueden afectar significativamente a tu presupuesto. Por ejemplo, al tirar una pared o un tabique puedes encontrarte alguna instalación importante o un desnivel de pavimento y suelo inesperado que hará que tu presupuesto sobrepase al estimado.
